Por qué hacer de Jesús nuestro Maestro::::::

JESÚS, UN GRAN MAESTRO  - Por qué merece nuestro aprecio     

1. Introducción - Qué significa creer en Jesús                 

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INTRODUCCIÓN: Escribir sobre temas espirituales siempre es un desafío. Que uno esté persuadido de que cierto camino es diferente y especial, no es suficiente para que sienta un amplio permiso para hablar o escribir con soltura, ya que se supone que la sola mención de ciertos asuntos religiosos, genera tensión en uno mismo y en el interlocutor.    

De muchos otros temas nos sentiremos libres de hablar, alabar o criticar en público. Pero de asuntos "religiosos" la cosa es más sensible. El riesgo de ofender o parecer un fanático es grande.

Que este preámbulo sirva para que el lector sepa que si este texto alaba a Jesús como un maestro "especial", el más sabio que haya existido, se lo hace con mucho respeto y reconociendo logros extraordinarios en toda civilización o  sociedad  a lo largo de la historia, pues en comunidad o individualmente, muchas han descollado en logros intelectuales, espirituales y materiales. Pero permítaseme destacar que la historia judeo-cristiana, según se transmite en la Biblia, muestra un acontecimiento extraordinario e inigualable.  Y es justo reconocer que mientras investigamos esa historia, también aparecerán allí aspectos reprochables o muy modestos. Pero, lo que no se puede soslayar es que hay un hecho único y muy iluminador: el registro de la vida de Jesús.

Vivimos desde hace décadas en sociedades dominadas por poderosos dirigentes políticos, influyentes científicos e intelectuales que en su gran mayoría manifiestan ser agnósticos o ateos. Eso ha fomentado un aire de incredulidad y desprecio por mucho de la Historia espiritual de Occidente, y eso incluyó desmerecer la herencia de respeto por la figura de Jesús como modelo de vida. Un siglo y medio atrás, esto hubiera sido inconcebible. Hoy es inconcebible lo contrario. ¿Es realmente honrada y coherente esa secularización integral de la vida que afecta aun a los que nominalmente profesan ciertas creencias? ¿Ha sido beneficioso despreciar activamente la matriz enseñada por Jesús y cambiarla por ideologías "pseudo-científicas" que en algunas décadas ya han quedado olvidadas por su carencia de verdad?

Pocos conocen que algunas de las mentes más "racionales" que han existido, no sólo han sido muy creyentes, sino que además estuvieron y dejaron muchos escritos donde citan sus creencias y a la Biblia al investigar la naturaleza. Es el caso de Johannes Kepler, Francis Bacon, G. Wilhelm Leibniz, Isaac Newton, Gregor Mendel, Guillermo Marconi, etc... No es que se apele a la autoridad de ellos como prueba de que esas creencias sean verdades. Más bien esto demuestra que manifestar fe no es un "defecto irracional" que deba evitarse en estos tiempos, donde lo prestigioso solo es legitimado si proviene de algún claustro académico. Es sano que la ciencia eche por tierra falsedades que hacen daño, (por ej., medicamentos que no curan, costumbres populares que perjudican, etc...), pero qué hay cuando se entromete y avasalla creencias con argumentos hipotéticos, algunos imposibles de ser corroborados.

QUÉ SIGNIFICA CREER SERIAMENTE EN JESÚS Creer que una persona existe (o existió) casi no tiene valor comparado con creer que esa persona merece nuestra confianza. En el caso de un maestro lo que prueba la fe en él es creer que lo que enseña es de suma importancia, aunque no sea popular o parezca extravagante según lo que piensa la gente. Y no alcanza con solamente estar muy informado y parlotear todo lo que uno "sabe". La fe genuina en este caso se demuestra viviendo de acuerdo a lo aprendido. Pero igual no todo depende de uno.  Veamos.

Supongamos que uno tiene la honra de empezar a trabajar en una gran empresa de alta tecnología donde los gerentes son profesionales eminentes. Algún jefe nos da alguna tarea sencilla y no podemos codearnos con quienes nos gustaría trabajar. ¿Dependería de uno que, con el tiempo, ellos nos convoquen a asistirlos y así llegar a conocerlos íntimamente? ¿Y aunque fuésemos muy aplicados, no depende también al fin que manifiesten la voluntad de tener colaboradores?

Esta idea puede inquietar a quienes ya confían que Jesús y su Padre necesitan de nosotros o que hoy y siempre le han estado abriendo la puerta de su intimidad a todo el mundo. Aunque pudiera citar textos bíblicos que advertían de que no iba a ser fácil estar cerca de Jesús, y su Padre, hay evidencias obvias que eso fue y es así. Sucedió hasta cuando Jesús estuvo físicamente en la Tierra, al momento de morir crucificado, solo estaba rodeado de apenas un puñadito de familiares y amigos.  También mientras predicaba, muchos de los que se acercaban no lo hacían con motivos correctos, por eso al poco tiempo se alejaban. ¿Podían esas personas, al fin, llegar a ser conocidos por Jesús y ellos llegar a ser sus discípulos y tener una fe genuina?   

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Hasta los que conocen los propósitos de Dios, se olvidan de que no estamos en el Paraíso Terrenal. Fuimos destinados por un tiempo definido a ser mortales, finitos y delincuentes a la vista de Jesús y su Padre, que eso es en definitiva lo que significa ser un pecador. La condena es fuerte, y eso incluye aun a los que se esfuerzan en la senda que Jesús encomendó. Este no es un mensaje pesimista, ni desprecia la salvación cristiana que nos eleva a una situación inmejorable aun en esta instancia rebajada. Pero a no dejarse engañar por la actividad bochinchera de dirigentes religiosos que, sobre la base del sentimentalismo, solo arengan: ¡Aleluya! ¡Aleluya del Señor! o ¡Crean y serán salvos! y no mucho más. Otros, tanto peor, atienden sus tienditas comerciales, vendiendo botellitas de agua bendita u otros tipos de "amuletos cristianos", inflamando solo con su verba a los que los siguen, diluyendo vergonzosamente la palabra de nuestro Padre.

Es enorme la distancia entre las palabras profundas, inspiradas y elocuentes que habló Jesús, en su tiempo y que podemos leer en los Evangelios, y la de la mayoría de estos "maestros" que pretenden ser pastores del rebaño y que así se autodenominan con un orgullo alejado de todo ejemplo cristiano. Esto no significa que no haya quienes responsablemente eleven la espiritualidad de otros, especialmente quienes al leer la Biblia, difunden un entendimiento coherente al explicar lo que en ella aparece, siempre en consonancia con el sentido integral de las cosas que Jesús predicó. Pero como no son tiempos fáciles, a veces no queda otra alternativa que empezar en soledad con la lectura de las Escrituras, con sinceridad y humildad, y al aparecer preguntas o dudas, actuar como lo hacemos en otros aspectos de la vida, investigando con prudencia y buscando respuestas razonables.

Pero siguiendo la idea antedicha, el avance no depende de uno, aunque debamos esforzarnos. Queremos conocer a Jesús y a su Padre aun hoy, pero, ¿Querrán ellos conocernos íntimamente y en esa reciprocidad, al fin, tener nosotros un sentimiento personal muy claro y evidente de esa relación? Saber esto es imprescindible para leer los Evangelios y apreciar lo profundo de las enseñanzas de Jesús como maestro, pues además su camino es muy opuesto al que transitamos, producto de una matriz social que saca lo peor de cada uno de nosotros sin que nos demos cuenta. Aun si no hay dudas de que Jesús merezca ser nuestro maestro. ¿Ahora, merecemos ser nosotros sus discípulos?

Hubo épocas donde las palabras del Evangelio estuvieron totalmente cerradas para los pueblos. Traducir la Biblia estaba prohibido con penas que incluían morir de forma horrenda. La historia de Jan Hus en el Siglo XV es una de las pruebas de esto. Y a pesar de que hay biblias traducidas desde hace siglos, su libre lectura, en muchos países que dicen pertenecer a la Cristiandad, es bastante reciente desde los sesenta del siglo pasado. Pero hubo y hay zonas del planeta donde jamás hubo la posibilidad de leer lo dicho y hecho por Jesús. Por eso, aunque parezca extraño, conocerlo como el mejor maestro que haya pisado la Tierra, es una oportunidad que tenemos hoy y ahora. Ya mismo puedes ingresar a internet y leer la Biblia en muchos idiomas o comprar una edición impresa. Recomiendo una web que tiene decenas de traducciones de biblias online.    Bible Gateway

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